Recuerdo vagamente,
cuando el soñaba
en que se podía hacer realidad
lo que imaginaba.
Cuando decía
que sus letras
podían llegar a
lo mas profundo del corazón,
de aquel corazón dulce
de su mujer amada.
Gratamente compartí junto a el,
muchos de nuestros escritos...
Escritos que me enseñaron que
toda palabra vale,
y que un poeta es aquel que
tiene pasión por lo que hace.
Pero hoy tristemente me pregunto,
¿En donde está su alma?,
tierna y apasionada alma
que me lleno de inspiración,
inspiración por alguien a quien se ama.
Sin consuelo alguno,
miro a mi padre,
quien a perdido su esencia;
y con dolor me pregunto
¿En donde está su alma?
aquella que me enseño la decencia.
Sigo añorando...
aquellas tardes,
tardes en las que compartímos versos,
versos que nacen del alma.
Tan solo miro al cielo
y espero que mi destino no sea como el suyo;
aquel destino cruel, en el que
no tendré inspiración,
inspiración de alguien
que realmente me ama.