Ahora no te escribo,
porque estás sin estar;
Porque no tienes el tiempo de leerme.
Ahora no te escribo,
porque si algún día lo hice,
fue porque quise que fueras,
pero tú no quisiste.
Ahora no te escribo,
aunque es lo que estoy haciendo;
pero te escribo porque ya no estás.
Porque fuiste y no fuiste,
porque el dolor fue bebible
y porque te quise sin quererte.
Te quise como se quiere a la tristeza,
poco pero necesariamente,
te quise y quise escribirte siempre
pero el siempre se quedó en días.
En esos días que me he comido
las letras para no plasmarlas.
En esos días en que quise escribirte
pero tú ya no lo merecías.