santos castro checa

TU DESPEDIDA

 

¡Cómo duele el alma,

un poco de veneno vierte

en la lúgubre copa de los odios!

Que posee en sus purpúreos ojos

un lamento -en el silencio

expiran las confidencias…-

Cuando miro a mis párpados ¡tiemblan!,

y mis ojos húmedos

son como crisoles frágiles,

rotos en la indolencia…

 

Mi lengua fría, -como aterida-,

guarda silencio

y en este versar un poema triste llore tu despedida…

Mis labios tienen la enjutez

de sombrío sepulturero

que en cárcava negra

las ilusiones encubriere, oscuro,

en un lóbrego recordatorio, ¡tu nombre!

 

¡Tan intenso tu recuerdo fresco!

 

¿Cómo respiro si de espanto

estoy viviendo y me ahogo en el.mar deste tormento?

Cuando vislumbro a tus labios,

¡cadáveres en el destierro!, he de morir cada día

por tu moribunda sonrisa...

Entonces, mi alma en sombras recoge ya,

casi deshecho, casi en cenizas,

mi corazón trémulo, agónico, desfalleciendo...

y en el último latido

advierte volar los bártulos

que pregonan tu éxodo cruel, tu fatalidad

Hoy, nostalgia hiere a mi alma,

tormentas y mentiras llora mi alcoba…

¡Nunca pude estrechar un amor verdadero,

como hiedra que abraza y tritura placentera,

¡el deleite sin final fuese ajeno a este pobre sin amor!

Para terminar mis pañuelos al viento, con afán pérfido,

en la soledad de un viejo puerto

de proscritos barcos

en la mar perdidos…

 

Ella, ¡cual gaviota,

en la inmensidad de los océanos,

su vuelo quebrado perder su magia…!

Ella se marchó

a la eternidad de los recuerdos…

Ella me condenó

a la crueldad de los olvidos…

 

Cuando me miro no me conozco,

¡fatalidad!

y sufro tu recuerdo porque, tú también

al recuerdo mío, mortal sufrimiento

mi calor ausente.

Cuando se ama se vive con espanto,

se vive un día, pero se muere…

toda la vida…

 

Ahmed Krentel
Mallares – Perú
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