Coty

Extraña manera...

Te veo en versos porque no sé verte de otro modo,

en cada una de mis líneas esbozo de ti, una imagen que acomodo;

te toco con palabras y en rimas te abrazo y te recorro,

 con cada uno de mis pensamientos te adivino en algún recodo.

 

No sé mucho de ti y me parece que lo sé todo,

 al menos lo que para mí, es claro y relevante;

si lo pienso bien, te miro mucho más que de reojo,

sin miedos, porque veo lo realmente edificante.

 

Extraña manera de sentir quereres,

y mucho más extraña la manera de decir decires;

si esto no es poesía, acaso es solo fantasía,

si no es embeleso, es quizás imaginar un beso.

 

El tiempo pasa, y aunque nos vuelve un poco más viejos,

nos hace como al más fino vino, en calidad, añejos;

y sin más, para saborearnos en todos los sentidos,

no hay más que apreciarnos, en pequeños detalles vividos.

 

Hombre y mujer, son a fin de cuentas más valiosos,

 cuando son marcados por su común historia,

y en sus actos deprimentes o gloriosos

 se vuelven imborrables en la memoria.

 

Y así, en el reloj de arena, el tiempo va transcurriendo 

y con él, la Vida entre los dedos, se nos va escurriendo

más, sin proponernos nada, en otra forma nos estará esperando

latente y difusa, en la ignota dimensión del firmamento.

 

Y tal vez, entonces, al final de esa ruta

que ha trazado la poderosa mano del que Es y Sabe,

inexplicablemente, en la Verdad Absoluta,

te busque o no…. te encuentre... y este cuento aquí no acabe.