Salir
a buscar nuevos caminos
recuperar los tambores de la dicha
silenciados en los rincones del miedo,
romper la mochila de la angustia
y reír sola por la calle,
de cara al viento y sin maquillaje.
Interrogar palomas en la plaza
sobre historias de amores diferentes,
suculentos, clandestinos
y soñar, soñar despierta
cansada ya de besar sapos.
Quemar los viejos huesos en la pira del ocaso
usando el pedernal de tus ojos
hombre ingrato desarraigado de mi pecho.
y levantar muy alto la calavera del espanto
¡distante de la faz!
Echando atrás esta ala rota
como a una guitarra sorda,
como un rosario demente que ha
perdido sus cuentas.
Recogeré las perlas húmedas
de las múltiples manos del viento
donde los años han madurado mis edades
sobre la hiedra del miedo.
¡Ah flor de cenizas, dormida,
tan dormida estás!
invoca tú remota memoria y vuelve
ávida de alturas
con plañideros bríos a refulgir
plena de ardores
Aún creo en ti mujer milagro,
mujer altar de inmoladas aves
donde expías las culpas
que siempre asumes en nombre de alguien más
desabrocha costumbres y gestos aprendidos,
¡desnúdate de manteles y de sábanas!
Responder la interrogante
¿Cuál es el amor verdadero?
¡las huellas en tus manos mi Señor
raíz y sangre perennes!
Que otra cosa si no este manojo de luciérnagas
en mis ojos cuando acuno el fruto de mi sangre
entre los brazos,
recuperando el uso primigenio de los lazos.
Hacer mil cosas diferentes...
tomar café con chocolates
volarse en la espiral de humo del maldito cigarrillo.
castigar los espejos vueltos hacia la pared,
jugar un solitario sin temor a la derrota
y bailar descalza bajo el sol.
Querernos un poquito más cada vez
lustrar las horas con la manga del chaleco
hasta arrancar los destellos necesarios
para encender los motores de la vida.
cantar a todo pulmón sin miedo a parecer ridícula….
leer en voz alta tus poemas
y llorar hasta el hipo viendo alguna pelicula de amor.
Y mañana volver,
volver a empezar con renovado aliento.
Alejandrina
todos los derechos reservados.