Extraño a los pobres con mi pobreza.
A esas manos suaves que piden la vida eterna.
Su humildad y su cruz a puestas.
Los que siempre ¡Arriba! el señor lo es todo.
A los que trabajan con clavos en las manos.
A los que Jesús acompaña y nunca olvida.
Extraño a los pobres con su humildad y su
Vida eterna, pues así la vida es más bella.
Benedetti(Joseph Cernuda)