Siempre busque el amor inalcanzable
O ese alguien imprescindible en mi vida
De entre bacanales, lupanares, mística y liturgia
Equivocado acaricie la miel de la seducción
Perpetuándome en el fuego ígneo de la pasión
Esa pasión volcánica, eruptiva y muerta
Una pasión fugaz como un suspiro en el viento
Y siempre el vacio acomodado en mis entrañas
La soledad huía de mí y fue mi enemiga
Se hastió de mí sin amor
Y las ondinas lloraban por mi/
Las salamandras del fuego se apagaron/
Los sílfides del aire dejaron de soplar/
Y los pigmeos se convirtieron en piedra/
En un cuerpo sin alma me convertí…
Y un día en mi caverna semimuerta
Entro y postrase como un torbellino irreverente
Aquella hermosa mujer
Convertida en mi amor profundo
Y su destello inoculó mis sentidos
Y despertase en mí las retinas dormidas…
La sangre ardiente en mi fuero
Asesinó sin piedad mí la soledad
Desde entonces vivo inspirado
Sintiéndome distinto al resto de los mortales
Y me miran como idiota
Por ello sé, que estoy enamorado.