Entre tus sabanas blancas
aún se deben escuchar
murmullos de amor
y susurros de pasión,
de esas noches de invierno
donde el viento... la lluvia,
golpeaban con furia las ventanas,
y en nuestra alcoba... una dulce
y embriagadora primavera nos acariciaba
en esas largas... largas noches de amor.