Las penas son inevitables, los problemas son vidrios incesantes
el consuelo no existe, el odio es la cotidianidad fatal
los seres humanos son tan infelices e intolerantes
el reposo es mi único anhelo dejar este mundo carnal.
Los amoríos son ilusiones que se convierten en momentos tétricos
mundo imperfecto, quieres amarlos pero ellos te maldicen
quieres a una sola dama, te abandona y destruye tus pensamientos
te das cuenta que es cruel el amor, no es como todos lo dicen.
La felicidad no es más que placeres bastardos que tu energía mitiga
observas a la realidad de tu vida como tu mísera enemiga
que te va azotando tu cuerpo como una maldita agonía
siempre buscas alegrías, romper ese aciago de una alma mía.
La familia es una solución probable a tu existencia fallida
siempre y cuando ellos te den su regocijo y armonía
sino estás estancado en un averno colérico sin fantasía
en donde la salida es tu acto imprudente lleno de melancolía.
Todo es incesante hasta que aparece el gran desenlace
llega por fin, el tósigo entra lentamente a las entrañas
los vasos sanguíneos y el corazón se retuercen de dolor
el ardor del veneno es instantáneo y de buenas calañas
en su pensamiento esta su distante dama, su único amor.