El Bardo Muerto

CARTA DE UN SUICIDA

Las penas son inevitables, los problemas son vidrios incesantes

el consuelo no existe, el odio es la cotidianidad fatal

los seres humanos son tan  infelices e intolerantes

el reposo es mi único anhelo dejar este mundo carnal.

 

Los amoríos son ilusiones que se convierten en momentos tétricos

mundo imperfecto, quieres amarlos pero ellos te maldicen

quieres a una sola dama, te abandona y destruye tus pensamientos

te das cuenta que es cruel el amor, no es como todos lo dicen. 

 

La felicidad  no es más que placeres bastardos que tu energía mitiga

observas a la realidad de tu vida  como tu mísera enemiga

que  te va azotando tu cuerpo como una maldita agonía

siempre buscas alegrías, romper ese aciago de una alma mía.

 

La familia es una solución probable a tu existencia fallida

siempre y cuando ellos te den su regocijo y armonía

sino estás estancado en un averno colérico sin fantasía

en donde la salida es tu acto imprudente lleno de melancolía.

 

Todo es incesante hasta que aparece el gran  desenlace

llega por fin, el tósigo entra lentamente a las  entrañas

los vasos sanguíneos y el corazón se retuercen de dolor

el  ardor del veneno es instantáneo y de  buenas calañas

en su pensamiento esta su distante dama, su único amor.