Alas del deseo me llevan a tu jaula, donde el espacio interior simplemente es infinito. Me llenas con la pureza de oxigeno que me brindas bajo paredes selladas, nos hacemos interdimensionales, el tiempo ya no pesa ni pasa; concedes del dolor al placer cada letra y cada segundo que mientras se dice puede durar.
Sujétame porque te abrazo, presiona mi todo por dentro y saboreame al color de una sonrisa paciente y cristalina de nuestra felicidad radiante, sabedora que fuera de nosotros, todo puede solo ser menos que penumbra y soledad, comparada con esta jaula que nos contiene fuera del tiempo y el espacio. Pero dentro, muy dentro tu de mí y yo de nosotros.