Al ver tu cara feliz
y esa sonrisa radiante,
hace mágico el instante
que comparto en tu vivir.
Me contagia tu alegría
y me lleno en regocijo
sabiendo que cada día
tu candor es contagioso
y tu mocedad hermosa,
llena de satisfacción,
contribuye a mi remozo
vigorizando mi vida
incentivando mis días
alegrando el corazón,
dando a la vida misma
la mas nítida razón,
agradeciendo al inmenso
que me llena de pasión.
Ramón Oviedo
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