Ha perforado el ajedrez de la tierra una \"criatura\"
recortando mis deberes mentales
*un rompe-cabezas de mis extremidades
se ha quebrado en mis oídos
*mis manos intentan atrapar a la luna
en oscuridad
el universo
escribe
en mi talento:
ciertos pedazos de esperanza*
alimentan mis ojos
divagando en la locura...,
una palabra ajena enferma las lágrimas invisibles
mi voz
se quiebra en puzles t a r t a m u d o s,
intento describir la noche en mis manos
en mis manos de tinta
se mancha el fantasma de mis ojos
una ojera embutida en el mar
se quiebra el universo lamentándose
en pedazos
caen
las estrellas
en la hipotenusa
de la mirada
que está pegada a mi rostro
haciendo colisión con la tangente de la vida
-quiero llorar..., y no puedo-
quiero mirar la luna, pero esta atrapada en la oscuridad de mis viajes infinitos
donde mis manos mecen el aire
cobijando al hijo enjaulado en el cuerpo,
dichosa culpa quebrarse en fonemas*
tiradas en el suelo entre las sombras de mis huellas*
derrotadas en ruinas la voz da el lenguaje de mi muerte permutada en la noche
donde mis ojos se han vendido
a la bestia onírica que llevo dentro...
... La noche es como siempre,
perfora el tejado de sombras
se adentra en las ventanas
y en el alma escribe el talento
de viajar por siempre
en la pérdida de un sueño
donde el milagro será una transición
de citar el mismo verso
en los ojos de un poema
perdiendo el impulso
de ser arte en el silencio.
-suena el teléfono-
... La extensión de la distancia*
re-suena en mi garganta
seca la voz
clava el adiós perforando la herida prófuga en la piel,
un naufragio crece en el corazón
ha navegado las ruinas sanguíneas
en la extensión del silencio,
en línea recta
se dibuja una perpendicular
de mis ojos mirando el vacío
con el crucigrama de mis pensamientos
clavando lágrimas puntiagudas
con la desteñida realidad
que aflora la noche en el luto próximo
de mi viaje sin regreso.
-La noche se ha desteñido..., aflora el gris sobre sus cabezas
apuntado el vértice de sus miradas al suelo
*donde se manchan charcos de angustias
el reflejo de sus rostros torcidos
y el sonido lineal de la muerte- (Adiós
es una palabra extensa
que de a poco
recorta el instante
de un invierno
en cenizas)