Espérame allí
mientras te arrulla la luna,
perfuma la lana
con una rosa nocturna.
Abrasale fuerte,
no le des tregua alguna,
encierra su luz
y mese la cuna.
Mancilla el destino
si amarga tu vaso;
y bebele a copas
marcandole un paso.
Extingue gloriosa
mi marca en la mano,
y plumas esparce
en mi piel con tus labios.
Espérame allí
sin temor al ocaso,
espérame siempre,
repitamos despacio...