No se juega con el amor de un poeta
Si no retienes en tu cuerpo mis metáforas,
si no recibes con agrado mis acciones,
si solamente te interesan pocas cosas,
y te distraes en tus triples dimensiones...
me perderás en el pasado de ignorancias,
de tu banal capricho sin razones.
Yo ya bregué contra las aspas de gigantes,
y caminé por las calzadas de “El Dorado”,
no tuve barco... no tuve alas,
pero mi voz cruzó los mares y los aires.
Será muy pronto,
no tengo tiempo
de prodigarme,
cuando es de balde.
Yo te bajé en una tarde las estrellas,
y sorprendí tus sensaciones y emociones,
te hice ver que había un mundo inalcanzable,
y que podías alcanzarlo si quisieras...
Tal vez sea tarde, tal vez sea nunca...
jamás se juega con el amor de un poeta,
¡o se lo ama... o se lo deja!