Raúl Daniel

No se juega con el amor de un poeta

No se juega con el amor de un poeta

 

Si no retienes en tu cuerpo mis metáforas,

si no recibes con agrado mis acciones,

si solamente te interesan pocas cosas,

y te distraes en tus triples dimensiones...

me perderás en el pasado de ignorancias,

de tu banal capricho sin razones.

 

Yo ya bregué contra las aspas de gigantes,

y caminé por las calzadas de “El Dorado”,

no tuve barco... no tuve alas,

pero mi voz cruzó los mares y los aires.

 

Será muy pronto,

no tengo tiempo

de prodigarme,

cuando es de balde.

 

Yo te bajé en una tarde las estrellas,

y sorprendí tus sensaciones y emociones,

te hice ver que había un mundo inalcanzable,

y que podías alcanzarlo si quisieras...

 

Tal vez sea tarde, tal vez sea nunca...

jamás se juega con el amor de un poeta,

¡o se lo ama... o se lo deja!