= I – EL ROSARIO =
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Hierve ya en el hogar la parca cena;
muy a su gusto ronronea el gato;
al pie de la lumbre esta la abuela,
que espera y cabecea sueño grato.
Cuando oye algún ruïdo se despierta,
para atender en la olla la comida;
pero volviendo a su lugar, se sienta
despreocupada, hasta quedar dormida.
Muy cansados, del mar los mozos vuelven;
ese rubio es Juan, aquel alto es Pedro,
Manolo éste, que al padre bien parece;
todos fuertes, tan duros como cedros.
Con respeto a la abuela todos besan
y asiento toman en el mismo hogar;
malhumorado el gato se despierta,
se hace un ovillo y torna a ronronear.
Con cariño, la desdentada abuela,
les recuerda que es hora de rezar;
saca el rosario encienden una vela;
se escucha sólo un leve sisear.
Van sus manos, torcidas cual sarmientos,
desgranando las cuentas del rosario;
cuatro son, con la abuela, los tres nietos;
cuatro pechos, que son cuatro sagrarios.
Cuatro lenguas que con fervor recitan,
Misterios del Santísimo Rosario;
los tañidos de aquel ¡Ave María!...
lento suena en la iglesia el campanario
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