Cuando me miro en tus ojos, tan inmensos como el cielo,
Sé que tú eres el anhelo que me tiene hoy de hinojos;
Cuando siento con tus besos el deleite de los dioses,
Dulces labios tan precoces que a los míos tienen presos;
Cuando acaricio tu piel, alba, pura y virginal
Siento que ese ideal se ha transformado en miel,
Cuando escucho dulce voz, defendiendo la verdad,
Caprichos y vanidad con un ahínco feroz,
Siento ganas de abrazar con obsesión y ternura
A esa tan linda criatura que ya no puedo olvidar,
A esa tan linda mujer que me devolvió la vida,
Esa niña consentida dueña de todo mi ser…