Tal vez el destino sabe que tú persona y la mía
no se deben mirar,
precisamente el instante
aunque se quieran nuestras almas encontrar,
se ocupa del mutuo destierro
para que como yo,
encuentres tu andar,
te inspira me inspira
y no volvemos atrás,
teme en secreto nuestro encuentro fugaz,
y por eso me observas,
y por eso te observo,
en secreto.
Noviembre 2012