En el descuido de la noche, y la negligencia de su vanidad
Frenesí de sus bajas pasiones, me hacen arder en la ansiedad.
Aventurarse a dejar de temer en la osadía de seguirle amando
¡Y todo para recordar que no debo olvidarle!
Y después de la muerte, ahora, poder tenerle
Rodear con mi dura piel su frágil cuerpo, protegerle,
En la cuna de sus labios resbala la perdición,
Amarle al punto… de perder la razón
Alma, la cual por vieja prisión ha sido,
Pasiones que por más ya no tendrán sentido,
Inclusive mi cuerpo dexará, amor, sin cuidado.
Pero de usted, el silencio seguirá enamorado.
Perder el respeto a la osadía de su esencia
Y después de la muerte que ha de triunfar
Seguirá siendo amor a su compleja apariencia
Al tenas lazo de amor, A su bello caminar…
Mujer, Amiga, Amante…
De usted, En la noche de amor;
Disfruto amarle una y sesenta y siete veces más.