Me gustas en las tardes lúcidas
cuando el brillo nace en ti
y caminas por ahí presumiendo que eres linda.
Te quiero en las tardes como ésta
en que eres lo único que quiero,
cuando nadie más me importa,
y se llena mi mente de ti, de tu idea,
de la limpieza de tu risa, los colores de tu pelo
y la belleza en tu mirada, guarida de tus ojos,
de ojos tuyos que tan hermosos guardas.
Es en ésta tarde cuando abarcas cada impulso,
que bombeas tú: mi sangre.
Eres ya latido, memoria y suspiro. Elemental y vana
¿Por qué me asaltas en las tardes como ésta
si con pedirlo te entrego todo?
yo no ocupo de amenazas, de amagues ni heridas.
Me convenzo con tus labios,
el sabor a fruta que guardan tus besos,
lo entrego todo a la caricia de tu perfume,
a plenitud de tarde, entre el vuelo del aire
que carga tu aroma.
Pero tu no lo notas y yo no te lo digo