Si las mujeres hablaran…
sabríamos las verdades,
que se encierran en el alma
de la mujer. Pero… callan.
Es el burka del silencio
con que a veces las vestimos
y en ese saco encerramos
tan sólo nuestro machismo.
Y aquella que no se deja
la maltratamos de pleno,
para que ella al fin comprenda
quien ejerce los derechos.
Eso sí, un día al año,
les permitimos festejos
y que disfruten juntitas
y salgan del aislamiento.
Avanza la sociedad
y transformamos las leyes
maquillando los derechos,
que por derecho ya tienen.
Y los derechos se incumplen
y no lo impiden los jueces,
y el burka sigue vistiendo
a millones de mujeres.
Ay, mujer, despréndete
de ese vestido maldito
porque yo te quiero ver
tal y como yo te vivo:
manantial de sentimientos,
muy curtida en sufrimientos
y constante en tus deseos.
Tú eres fuente de la vida,
eres perfecta armonía
de la entrega y el amor.
Y sin ti no se podría
vivir en este planeta
pues eres la única estrella,
que ilumina el corazón.
Andrés Mª Contel
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