Solo tú me elevas al infinito,
aun si no tengo alas me llevas al vuelo,
me tientas a hablarte de amor,
sonríes y me llenas los ojos de dulzura,
a tí mi amada quiero enamorarte
todos los días de mi existencia.
Tu eres mi aliento y respiro a mi existir,
tiemblan las ramas y caen las hojas secas,
como cuando el susurro de tu boca me habla,
la soledad marchita se esfuma de mi ser.
Solo tú me revives en la agonía,
pintas de colores a mis días grises,
te haces luz que atraviesa mi niebla,
las brazas calidas de tus manos
desvanecen el frío que congelan mis labios.
Tú, mi niña de ensueño, eres real,
me acaricia tu recuerdo y me eleva al sueño,
todos mis sueños no son espejismos,
son el reflejo de los tiernos encuentros
que nos dejan saciados del embriago de amor.
Te anidas en mi debil corazón,
navegando entre mis venas,
latiendo en mi sangre, la pasión de tus deseos.
Solo tú haces de tus labios mi adicción,
tus encantos me cautivan en prisión,
tú lenguaje es de miel y tu mirada de cristal,
me aceleras el pulso que toca tu mano,
toma mis caricias y tomaré tu abrazo.