Miguel Cruz

La dueña del arco iris

 

En esas madrugadas en las que el baile se va disolviendo

y el sol comienza a quemar, siempre uno a esas horas

por lo general se da de baja.

Yo quiero ver auqnue sea por un instante, una obra

 

maestra que la naturaleza es capaz de hacer esos milagros

siempre pienso, ¿sera real o producto d emi imaginacion

regada de alcohol?

dodne habra quedado aquella sonrisa de madrugada,

 

la cual competia con el sol por el protagonismo.

 

Ala minusiosa distancia de un vidrio me separaba

de auquella gloriosa sonrisa, cuando se aunsentabha venian

unas fuertes tormentas, auqnue hubiera el mayor sol

a una intensidad que quedaba pequeño.

 

 

tanto al caminar como al expresarse destilaba colores

por todos lados, en la cla uno se sentia que bailaba en u8n arco

iris muy lentamente.