Tu “Adiós” recreó mi alma. Fue como si se fundara nuevamente. Novata y desbordada de miedos está adherida a mi garganta. Sucede que el corazón no desea que el alma nueva lo roce: él ya se hizo cargo de varios dolores y quiere paz. El alma es pequeña, pero intuyo que teme travesías. Quisiera acomodarla en mi pecho, pero sigue pegada a mis amígdalas. Es por eso que estoy totalmente disfónica. Pero haré un esfuerzo y hablaré con ella. Voy a proponerle que nos cuidemos mutuamente. Le prometeré pensar con rigor antes de actuar. Y le enseñaré a que me advierta ante su primer síntoma de incomodidad. Mi alma y yo haremos amistad, como dice la canción: “… un poco con amor, un poco con verdad”.