Aroma de tu ser, extasiado
en mis valles, en los cerros
de mis ojos, en mi sangre te entremezclas
fértil, con tu piel me enamoras, me extingues
con solo una caricia, tu me haces viajar
por parajes románticos eternos.
Es tan delicada tu figura, emanas tu torrente
de mieles puras, de las colmenas de sendas almas.
de ese romance, de naturaleza arcaica,
en algún sitio de mi paisaje y del aire que respiro,
desde la profunda vertiente de ti bebo,
hasta quedar lleno de tus pechos.
Sonidos de tu corazón excitado a mis oídos,
tu cuerpo vivo, tibio deseoso de mis manos
de mi boca silencio, de ella tu te embriagas,
infinito segundo destellos de placer, me inspira
agazapado esperando el instante,
de abrazar tu espíritu que exclama y goza.
Divino el elixir de esta creación perfecta,
de tu aroma a mujer enamorada, de felina mirada,
tesoros del corazón todo derramado en el fugaz
momento, de compartir de lo mas valioso
tu cristal,tu sabia onda hermosura,
hasta tus lagrimas me ofrendas, gratitud
de ese canto, del romance, al viento.
Autor: Darío Ernesto muñoz Sosa