Entraste a mi corazón como una daga,
provocándome esa sensación de Calma
Que siente aquel que a la muerte abraza,
Pero no, tu no me mataste,
Me heriste tan profundo pero aún sigo vivo
Llorando en rincones viendo cómo aquel amor se apaga,
Y quiero gritar tantas palabras..
Él silencio y la soledad,
Hoy son mi única compañía
Hasta miedo de hablarme tengo
Por tu recuerdo que me da melancolía.
Y salgo a caminar solo,
Recorro rincones oscuros y calles vacías,
Siempre evitando las luces
Para que no delaten las lágrimas en mis mejillas.
Cuanto vacío dejaste
Cuanto dolor siento
Y la daga sigue muy adentro.
Intento moverla y solo da sufrimiento,
Ya mi cabeza no aguanta él tormento
Y mi corazón ya late lento,
Va muriendo lentamente,
Mientras aun espera
La paz que daban tus besos.