En la ventana, un ligero aire penetra nuestra atmósfera
Creada por las exhalaciones de tu boca, de tu vientre,
De mi boca, de mi cuerpo, del tuyo, de los movimientos lentos o rápidos
De todo aquello que se mezcla para crear un perfume de intensa pasión,
De locura, de lujuria, de la sangre corriendo por nuestras venas.
¡Oh! que hermosa es la mujer que escondes tras la ropa,
Que privilegio el despojarte de las telas, de esta piel que habitas,
Desgarro rompiendo por momentos, el vestido de la moral y la ética
Impuesta por una sociedad de máscaras y personajes
Descubriendo mundos desnudos ocultos detrás de la puerta.
Demostrándote tal como eres, tal como soy
Animales salvajes sin complejos de nada,
Por fuera cautivos, adentro guiados por instinto,
Estando en la grandeza de lo que algunos llaman miseria de lo divino,
Aunque no hay momento mas divino que cuando se crea la vida.
Por que no gozar de los privilegios de sentir deseos y pasión,
De sacar jugo a nuestros cuerpos, en bañarnos en sudor
De embriagarnos de besos, de quitarnos el calor, y si tal vez,
Realizar por un instante, suspendidos en el tiempo,
A lo que todos llaman, hacer el amor.