Diego Carrasco Olivos

CANSADO

Yo mataré al crepúsculo

con los recuerdos marchitos.

¡Oh, alma mía!

Me pesas como la cúspide rasposa

de los mundos oxidados.

 

Yo descuartizaré los mendrugos sonrientes

que prodigiosamente derraman sangre

por la rareza de esta ciudad.

 

Yo estoy entre lo morboso y lo indebido

provocado por los nuevos neo nazismos

que nacen bajo la putrefacción del cielo.

ANIMALISTAS, VEGANOS, ARTISTAS

mastiquen las dictaduras propias

y ocultenlas bajo la amenaza de sus entrañas.

 

Quisiera evaporizar al alma pesada

y que las cadenas se rompan,

y que el exilio de lo cartucho se pudra.

 

Estoy sentado en el “excusado”

cagando las miserias desagradables

mientras va la muerte recorriendo

un torpe e inmenso cuerpo delirante

sin huesos ni escalofriantes órganos.

 

Gritaré mi soledad

desde el fondo de la profundidad

y como estoy solo

sobre una sucesión de sucesos

caminaré por los recuerdos beneméritos,

y con las manos llenas de años

estaré deseando

las paradojas carnosas

que admite mi cansancio.