Viento, acaricia su silueta,
también abraza su cuerpo…
con toda la ternura que puedas
y hazle sentir mi presencia.
Brisa, refresca su negra cabellera,
cuéntale al oído con dulzura
cuanto la quiero.
cántale entre sueños con cariño
todos mis pensamientos…
Para que, en mi representación,
trasformada en un torbellino,
ella se pierda en tu interior,
cobijada por mi esencia.
Así…
Como viento, brisa y torbellino…
voy y vengo a ti a cada momento
viajo solo con mi pensamiento…
Amada,
siempre serás mi destino.
José Bernardo Romero Núñez
BERNA