Cuando ya no había nada de razón,
cuando no quedaba ni la más mínima motivación.
Ni un pequeño signo para seguir anhelando,
ni fuerza de voluntad para continuar intentando.
Mírame.
Mírame,
pero hazlo justo a los ojos
porque ambos sabemos que en un efímero momento,
Este esperado pero sorpresivo instante,
podría soltar lo que he guardado dentro.
Mírame,
pero hipnotízame con la verdad,
haz que yo no pueda esquivar tu mirar,
así podremos acabar con esto,
así podría librarme;
pero quiero que seas duro conmigo,
¿podrás Intentar matarme?
Con la honestidad de una lágrima
escatimarás hasta el tiempo para abrazarme.
Solo no me dejes escupir palabras,
Cuando en párrafos se perderá el brillo de mi mirada,
Mientras sean palabras sinceras
que las suelte tu boca
En la mía no quedan más de ellas.
Mírame,
de tal manera que ya no pueda resistirme,
haz que mi esfuerzo de todo este tiempo haya sido en vano,
En el aire que respiro las emociones estarán volando,
a la par mientras me calmo, a la par mientras exhalo,
Mis poros expulsan el sentimiento,
De un tortuoso silencio,
silencio vacío de palabras
silencio vacío en gestos,
Mírame, hasta dejarme sin habla,
hasta que ya no pueda pronunciar ni la más simple palabra,
sácame del pensar
del cementerio de las rimas que viven en mi boca,
Y mueren en versos
mientras el viento se sienta y sopla.
Leydi Nathalia Navarro Ramírez
Mírame, 2013