Torcer la voluntad de la victoria.
Secar el abandono y la locura.
Estimular la lucha.
Elegir con mas de dos opciones.
Temblar al dolor, al sufrir.
Escapar al amor, y buscar las palabras del vuelo.
Agachar la cabeza en cada acto vestido de capisayos.
Enloquecer en lo antaño, en el tracto del ayer.
Decidir manumitir el espíritu, el ser.
Rechazar la moralina como opción y acción.
Encarnarse en lo funesto solo lo forzosamente indispensable.
Pertenecerse desatino sin abdicar, desensoberbeciéndose.