En tus bellos ojos divisé una sombra
confirmando pronto de tus labios luego
la pena esperada por jugar con fuego.
Fuego que arde siempre que mi voz te nombra
llama que consume mi alma sedienta
y estas manos torpes de buscarte a tientas.
Quisiera encontrar la furtiva alondra
que canta en mis sueños y seguir tus pasos
y el lazo inefable de su trino acaso
impida que triste y fatal te alejes.
El destino cruel que sus hilos teje
puede que algún día nos vuelva a encontrar.
Sentirás entonces sorpresa en hallar
la llama que nunca lograré apagar.
08-07-91.-