Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;
Si llegar a tiempo hubiera sido,
para cerrar tus ojos, el día se iba,
y tu alma se iba sin la mía,
en una hora, en que yo no llegaría.
Más no de esotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
En otra parte quedará tu memoria
la llama que ardía, no se apagará.
Y en la rivera de lo que fue tu vida,
se borrara la ley que viviste tan severa.
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,
Tu Dios; Como dijiste tantas veces:
Que en soledad, te tenía prisionero,
el dolor, fue en la medula de tus huesos
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, más polvo enamorado.
Tu paso, por esta vida, tuvo sentido;
Aunque hoy, cenizas, sea tu cuerpo,
fue un tiempo, que viviste enamorado.
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe es el alma-