El amor estaba a la vuelta de la esquina,
lo que desconocía, cruzando siempre las calles
hacia otra frontera, hacia otro barrio.
qué aguardan esa calles baldías?
si todo lo que tenia estaba en mi cuadrante,
mi pequeña comarca, el infortunio y la dicha
la soledad y el reencuentro.
dejé entonces de cruzar las calles,
y pinté de colores las paredes
sembré flores a mí mismo,
reposé en cada esquina,
el amor nunca llegó
pero mi barrio no fue el mismo