Vaya que trae sorpresas, vivir y seguir viviendo
Risas y llantos se acuñan con el tiempo pasajero
Solo reír uno quiere, reír y seguir riendo
Pero viene de la mano, ese llanto traicionero.
Donde la risa vivía ¿Dónde quedó, no la encuentro?
Y lo que es solo un momento, parece ser algo eterno
Rompiendo toda esperanza, cegando todo consuelo
Lagrimas que van brotando, manantial de los adentros
Que surgen como queriendo, llevar con sigo el silencio
Y arrastrar tanto dolor, que traemos desde lejos
Empañando con su paso, las esperanzas y sueños
Mientras ellas van por fuera, las penas corren por dentro
Allá quedaron las risas, allá lejos en el tiempo
Ya no hay besos ni caricias que a uno sirvan de consuelo
¿Dónde quedó aquella chica, la que amarme era su credo?
¿Tu cuerpo ya no es tu cuerpo?, eso es trivial, pasajero…
Tus besos no son sus besos, tu risa ya no es su risa
Amarme ya no es tu credo y eso, y eso no es culpa del tiempo
Ser cada vez más extraños, estar cada vez más lejos
Hasta conocer un día, que tuyo y mío... no es nuestro.
Que nada queda del joven, lleno de esperanza y sueños
Que mis caricias no son, ni sus caricias por lejos
Que la risa dio lugar a un rostro tosco y austero
Que ya no sabe reír, que va muriendo, muriendo
¿Era tal vez en tu amor donde habitaban mis sueños?
¿Sería tal vez tu risa causante de ser risueño?
¿O habrán sido tus caricias las que me daban consuelo?
Nada quedó, nada queda, solo dos en el silencio…
¿y donde fue aquel amor, donde fue? No lo comprendo
Se fue de a poco tal vez, como arena entre los dedos
Hoy solo queda el recuerdo, traidor cómplice del tiempo
¿Será momento de armar las valijas pasajero?
¿O será oportunidad de retomar nuevos retos?
Si habremos de caminar, será por mismo sendero
O de hacernos a la mar, en mismo barco velero
Es tiempo de validar, jugarnos por mismo sueño
O de andar nuevos caminos, de remontar nuevos vuelos
Por surcos desconocidos, por caminos traicioneros
De saber que ya no estoy, de saber que no te tengo
De aprender de todo aquello que el otro nació sabiendo
Y empezar a ver la huella que el otro va recorriendo
De solo pensar en ello, corre algo helado por dentro
Pues ya volverá la risa, que supo estar, que fue mía
Porque el tiempo todo tuerce, y no hay dolor que resista
Navegando en soledad, no se ve tierra a la vista.
Y nadie sabe el final de esta historia tan vivida
Porque el misterio es la sal, la sal que nos da la vida.
Y mientras lo piensas tu, mientras yo también sentencio
los que supimos ser uno, somos dos en el silencio
Leonardo