He esperado demasiado el invierno
Qué ya olvidé esperar
Hoy sólo espero por ocio,
Para no perder el hábito.
Se atrofiaron mis sentidos
En la espera;
No escucho
el cantar de los árboles
el reír de las estrellas
el silencio me aturde,
La luna me ciega
Con su resplandor
No distingo
Entre la oscuridad del día
Y el brillo de la noche,
Huele a humo de bar
En plena neblina,
El perfume es humo
El otoño rejuveneció
El invierno calentó
La primavera marchitó
Y el verano entristeció