Donaciano Bueno

Reconciliación

Hallé la puerta de mi prisión abierta

tras de un paseo por la noche oscura,

triste condena cubierta de amargura,

de ilusiones y satisfacción desierta.

 

Sin aliento me detuve ante la puerta

entre mil dudas para iniciar su travesía,

absorto percibí que al fondo me decían

despierta jóven, por caridad despierta.

 

Ciego, mi mano tendí hacia el parnaso

mirando a su interior apagué mis ojos

creyendo reconciliarme con la muerte

 

Iluso. Allí estaba mi vida al cielo raso.

Su imagen divisé y yo sentí el sonrojo

con la esperanza de nuevo de quererte.