Juan de Dios Jose

EL MISMO PRECIO

La nula respuesta del Cielo
a mis demandas de alivio
y el fracaso decisivo
de mis denodados esfuerzos
por sofocar la llama
que enciende tu mirada
en mi muy valioso corazón,
hiriéndolo sin interrupción,
me embargan de resentimiento
y me infunden vivas ansias
por ver que un día al fin pagas
el mismo precio:
que te abrasas en un incendio
como el que tus pupilas propagan.

Suplico, por tanto, al Excelso
que envíe contra ti
un llameante Serafín
que en lo más vivo de tu pecho
hinque agudas flechas
de torturante amor
e insufrible dolor,
y así en ti mismo sientas
los daños incalculables
que inflige a mi preciosa vida,
lo mucho que lastima
mis sentimientos inestimables,
la intensidad
de tu mirar.