El viejo camino
se ha trasnochado
esperando al peregrino
de pasos cansados,
el de pies descalzos
o zapatos desgastados
el errante viajero
de sueños frustrados.
Aquel que lo ha recorrido
y no se ha cansado
porque siente al trayecto
como un aliado
donde sembró sus pasos
muy esperanzado
ansiando llegar
al sitio soñado…
Y por eso el camino
se ha trasnochado
esperando al viajero
que aún no ha llegado
porque un golpe impío
del destino aciago
le cortó la vida
de un solo tajo
y quedó tendido
todo ensangrentado
hambriento de sueños
jamás conquistados
dejando su cuerpo
en aquel poblado
con los ojos abiertos
y resecos los labios;
con el pecho herido,
buscando el camino
que estaba aledaño.
Y el camino inocente
de lo que había pasado
con grandes ojeras
seguía trasnochado
y esperando los pasos
que jamás llegaron
se quedó dormido
entre muchos árboles.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Maracaibo, Venezuela