En la simpleza de la vida, hay que asirse
a cada vuelo de felicidad próximo
para no dejarse caer en ningún agujero del camino.
El tiempo no es nada.
¡Cuanta vida puede caber en un segundo!
Esa fracción de tiempo puede contener
un pensamiento cargado de inagotable experiencia,
lleno de un profundo sentimiento embebido en sueños y deseos.
El tiempo no es nada.
Solo se tiene que voltear hacia el pasado
para ver cuan efímero es el hilo de la vida.
Por eso hay que exprimir y purgar la realidad
dejando solo el extracto mas nutriente para nosotros.
Sin embargo a veces hay un vacío que rasga el alma
extrañando alimentarse de miradas, abrazos, besos...
Extrañando la gloria de perder la coherencia.