\"En la estación
muy cerca del bar,
él se sentó a esperar el bus,
mientras un cigarrillo encendió.
Y de casualidad con ella chocó,
sus miradas se internaron sutilmente,
los labios dibujaron una emoción,
y los dos sonrieron dulcemente.
Respetuosamente él le pidió disculpas
y un café le invitó,
ella no se excusó,
inesperadamente lo aceptó.
Fueron largas horas
en que sus mundos
se demoraron en descubrir,
una tormenta y un tornado
se mezclaron para darse cuenta
que algo similar había entre los dos.
Desde el centro
sus manos recorrieron
y con un tierno beso sellaron
lo que estaba a punto de comenzar.\"
Félix Piñones ® 2014
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