¡Váyase señor González!
le espetaba un tal Aznar,
jefe de la oposición,
del gobierno a la sazón.
El aludido miraba
simulando que escuchaba
con adecuados modales
y exquisita educación.
Con sonrisas a raudales
y actitudes aparentes,
traicionando el subconsciente
recordaba a sus parientes,
en maldita alocución.
Y explicaba el tal Aznar
del coso a la galería
que la cosa iba tan mal,
en ese momento era tal,
tanta era la porquería,
que quererle suplantar
era algo muy natural
y muy loable sería.
Que lo suyo era altruista,
sin duda nada egoista,
que España le requería
antes de hundirse al averno.
Y el mentado proponía
urgente una cirugia
mientras tuviera remedio.
Y el hemiciclo aplaudía.
Os traigo esto a colación
de lo que con tanta emoción
denominan \"democracia\",
que para nuestra desgracia
no es más que un juego de sillas:
si ando torpe me la quitas,
a un descuido ahora voy yo,
a ver si tu ahora me pillas,
me descuido y me acribillas,
no duermo, ¡válgame dios!
Democracia en conclusión
se reduce a la ambición
de unos que quieren sentarse
de otros en el mismo asiento.
Y aprovechan el momento
en que osan ausentarse
para ellos posicionarse
al menor simple descuido
con traición o alevosía
y después ya no hay tu tía,
lo siento pues no haberte ido.
Democracia, esa falacia
que repiten con acento
que no me hace mucha gracia
pues no deja de ser un cuento.
Que vuela de boca en boca
en los foros de opinión
periodistas, pensadores,
gente del pueblo, señores,
políticos del momento,
a la que todo el mundo invoca
y especialmente provoca
ecos en el parlamento.
No es que sea pesimista
ni piensen que me lamento
ser realista yo intento
no el más listo de la lista.
Perdonenme que persista
no me hagan ningún reproche,
Sea de día o de noche,
mi opinion la lanzo al viento
si te gusta o no te gusta
a mi me importa un pimiento
yo no soy ningún cuentista:
\"democracia no es que exista,
es el más falaz invento\".