Alexander J. Montero

Catalejos para amores de vista corta

 

¡¡Hay adanica fruta!!

no hay fruta como la de mi raza,

ni mil estrellas como las que hay en su espalda,

¿yo que he de saber de estas cosas?

pregunto con minúsculas

y algo parecido al desprecio,

yo de amar no se nada,

mis riveras son frágiles

y fácil el desbordamiento,

la posteridad es de vista larga

y el corazón de vista corta,

siego es el armagedón en mi pecho

mas no intacto,

los bridones alfiles de mi latido

vuelan locos en el cielo,

descoronado tengo el aliento

de corona de otro beso,

cadente del laurel de un sentimiento

en sello y en su lugar el tricornio

y la corona de espinas de la lujuria

de amantes de corta vista

y de la sequedad del mismo Atacama,

de los ríos de arena del Sahara

y los vientos calcinantes

de las olas del sediento.

Yo me veo partir, de esas alas yo no vuelo,

de esa agua yo no bebo,

en parte porque no me dejan

y cuando me dejan, hacerlo bien yo no puedo.

Con algo abre de llenar mi corazón hambriento

y si bien me tengo perdido en el desierto

¿por que de arena embriagarlo yo no puedo?

yo solo se que me veo partir,

de este lado del río, las sirenas no me ahullan

ni me cantan y si me ahullan

su canto no me llama,

y del otro lado del río

Narciso pasa demasiado tiempo

buscándose a si mismo y mirándose al espejo de agua

...¡¡entonces arena beber debo!!

¿yo para que de amores con mi vista corta?

al mar debo entonces, con el corazón

como papel en blanco..tirar el desgraciado catalejo.