Observo desde mi andar,
aquellos porvenires del mañana,
suspiro, admiro y tranquilo
esperanzado con tu regreso.
Tanto amor y sentimiento
nos habiamos propuesto,
fue tan solo un sueño de tu recuerdo,
el haberte amado ocurrio en momentos.
Mi corazón quebrantado yace,
tieso, helado por los celos
cuya razón te marchaste a otros cielos
y decidida, te alejas por el sendero.
Una mirada es suficiente para entender
tu aburrimiento hacia mi, tu agotamiento,
oigo el derrumbe de nuestro idílio
ya estás lejos, no hay remedio.
Deambúlo en nuestro escondite,
pienso,<Talvez en mi cama te encuentro>
!Porque desconfiar de un ángel?
!porque sembrar desconfianza, celos?
Las disonancias del amor, el envenenamiento,
el crepúsculo solloza nostálgico en silencio,
analizo pensamientos, acciones y obsequios,
hayo la respuesta y parto hacia tu encuentro.
Ilusionado, enamorado y aún esperanzado
te encuentro arrullada en otros brazos,
trémulo, entre las penumbras desaparezco
vulnerable y fracturado, ahogado en desprecios.
Estremecido a mi hogar regreso,
atravieso las grandes ciudades y anchos océanos,
la luna me guía y las estrellas ilustran el trayecto
aunque no las sigo y subo el rascacielos.
Al borde del abismo me encuentro
sollozando con frio de invierno,
me lanzo al vacio mientras pataleo
pensando en su sonrisa y suponiendo
que sanará mi aflicción y ascenderé al cielo.