Condenada a la sombra, tu mirada
Se dispone a vivir un mundo distinto
A enfrentarse a nuevas experiencias
A la noche perpetua, a ese rito.
Imagino la presteza cuando fijas detalles
Aquellos importantes que hacen este mundo
Te idealizo mirando de cara al sol
Y sintiendo su calor como consuelo
Abandonan su funci tus pupilas
Un reloj de arena riega de ellos su retroceso
Mientras miras con nostalgia lo que queda
Mientras abrazas tus retoños, sus destellos
Memorizas los ángulos, los vértices
Y tu tacto activo adivina,
Que la mañana que viene o se avecina
Tendrá que cumplir su cometido
Sé que miras, la sombra y la esperas
Sé que escaparte de ella prefirieses
Mas tus alas adivinas se alistan
A elevarse a un vuelo al que temen
Te imagino cada noche Durmiendo en la sombra
Imaginando que un día amanezca
Y la penumbra, impertinente que se asoma
Nunca su cuerpo desvanezca.
Tu estructura vital se aclara ahora
Ironías de la vida, violín y su madera
A elevarte como luz verdadera
A probar tu fortaleza, perpetua.
Mi pecho, entonces se entrega
A ser una señal sensorial no luminosa
el abrazo imaginario, necesario
sintiendo que tu cuerpo lo toca.
Cierro mis ojos, durante la luz
Pienso en tu exilio necesario
Pienso en ti, en tu grito de amor
En mi necesidad de cuidarlo
Condenados, en extremos estamos
Tú a la noche eterna,
Yo a la luz perpetua
Quisiera conciliar mi sueño una noche
Imaginar tu condición, tu sombra
Y fundirnos en una gota de roció
Que nocturna por el cielo se evapora.