Es el viento, la calma, el bostezo del sueño despierto.
Es el insomnio, la duda, el delirante amor por una mujer.
La inspiración nace con un bolero a media tarde.
La inspiración vive con un Javier Solís a media voz.
Es el agravio, la vanidad, el secreto mal guardado.
La inspiración muere, sí, muere, cuando no hay más.
Es eso, aquello… es esto.
No hay más.