Mirarte a los ojos fue mi máximo estado subliminal,
verte sonreír, provocarte esa sonrisa fue mi conversión humana,
tu existencia me reveló el universo, me tatuó el vivir la vida.
Ahora no estás, no estás para poderte ver, para ser tu provocador,
para ser la revelación,
y no te extraño... esas maravillas que hiciste de mi
aún dejan que estés aquí conmigo.