De nuevo vienes
a buscarle
habitante de la ciudad perdida,
cruel guerrera incansable
llegando sigilosa
para sorprenderle.
¡Ya dormía!
Tus labios posas
irreverente en sus sienes
con esa angustia
que tu portas,
fecundas la tinta de su pluma
con palabras de un poema
en tu voz de prosa.
¡Seductora rebeldía!
El débil cuadernillo
desnudo de silencio
ante tu propuesta cede,
y es entonces
que su mano se desliza
combatiente solitario
y de pudores despojado
escribiendo a toda prisa.
¡Pobre aprendiz!
Tan impaciente
creciendote en su sed
y plasmando de amoríos sus lamentos.
Poeta quieres ser...
¡Que osadía!
Vuelves a dormir
soñando las palabras
que inquietas
trastocan tu alma,
se marchó la inspiración
y retornas a tu mundo de tormentos
no hay más poesía
se han fugado ya los versos.
¡Que ironía!
Tizzia Holwin
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