Divina poesía,
viva expresión del alma mía.
En ti encuentra ella reposo
sosiego y gozo.
Numen bendita
que placer otorgas.
Nos vuelves amos y esclavos;
tierra y agua;
sol y viento;
luz y sombra;
nos vuelves fuego.
Nos vuelves dueños de lo que no tenemos,
fabricas sueños, fabricas alas.
Contigo las lágrimas, se vuelven versos,
piel la esperanza.
Como una madre nos das sustento
para el alma y para el cuerpo.
¡Ah poesía!
Dulce expresión del alma mía.