Juan Senda

***VEN A MÍ, AIRECILLO MÍO***

VEN A MÍ, AIRECILLO MÍO

 

Locura mía, esperanza de mis besos 


agua de mis manantiales pura.

 

Destino del sendero que nos guía


a los dos por valles de la selva silente.

 

Me embriaga el aire ávido para alcanzar


la luz etérea  de tus labios y el esfuerzo de quererte


y de sublimarte en la loca pasión hechicera


para mantenerte viva como una estrella eterna


y en el aire inerte tatuarte de sirena dentro de mis penas


y en los jubilosos momentos llevarte a mis islas


para alimentar mis consuelos, y así mitigar mis penas 


y todas las heridas que me han causado


las terribles tormentas,


que con sus dientes han consumido la sangre de mis

arterias.

 


Ven a mí, airecillo mío, consuélame en las retinas


y en las harinas de mis molinos y exprímeme


hasta ahogarme en los cementerios


y de todas mis angustias y amargas penas.



Devórame con tu boca las mieles de mi alma


que se funde en el silente y afónico aire


y en los naufragios de todas mis barcas