Sin temor a arrepentirme o sentir remordimientos,
Soy un hombre muy sincero, vertical y muy completo;
Y no es que hable de mí, tampoco he sido perfecto,
Pero quien bien me conoce, así es mi comportamiento.
De las cosas que he vivido, las abrazo a mi mente,
No me gusta que la gente, se entere cual son mis hechos;
Pero contigo he pasado por algo no acostumbrado,
Y si a ti nada te importa, porque yo he de callarlo?
Hoy quiero hablar de ti, aunque no es para tu gloria,
Pero existe en mi memoria, contigo malos momentos;
Y de los cuales te he dicho, y parece tu lo ignora,
Y hasta he llegado a pensar, como que no te valoras.
Entonces de que me vale, tratar de escribir tu nombre,
Con letras que den renombre y que te hagan lucir;
Si tu mujer, me has dicho, sin respeto en mi cara,
Que no te preocupa nada, ni que se hable de ti.
Pobre mujer, me das pena, porque a ti mucho te amé,
Y no creas por despecho, es que de ti hablaré;
Si no, es tan solo un consejo, que he inspirado en ti,
Porque ya no eres aquella mujer que yo conocí.
Te amé sin engaños ni mentiras, y tú, y tú, mujer,
No supiste respetar al corazón, que por ti lloró de amor;
Y de que me vale pensarte, y desvelarme en las noches,
Si tú misma no conoces, el valor que te mereces.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita